
Y el automóvil trazó con sus zapatillas el camino
ese cuadro tan viejo reconoció su espasmo
sus pulmones rezagan el asilo y encarnan
son amarillos y son mosquitos de música
Son parcos y espumosos como agua
estáticos, acondicionados a climas transparentes
opacos, el dolor echa raíces en pies gordos
nervios del árbol del miedo, elementos
Por la ventana en movimiento que desacelera
un tumulto que levanta contracciones y rebota
contra las cestas que amables señoras dejaron
en el zaguán bajo un techo a dos aguas y con grietas.

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